domingo, noviembre 05, 2006
Subida al Mustallar (Mostallal)
Ya estamos de vuelta del Mustallar. Ya hacía tiempo que no hacíamos una auténtica Gayeterada. Al final no fuimos todos los Gayeteros (“Pinocho” no pudo finalmente venir) pero si nos acompañó Jose que vino a conocer qué era eso de una Gayeterada. No sé si le quedó claro pero cumplió como el que más y creo que se lo ha pasado bien y con ganas de volver.
Salimos de Coruña pasadas las 7 de la mañana y empezamos la Gayeterada en Burbia un poco después de las 10. Finalmente tuvimos más o menos suerte con el tiempo. No llovió pero durante gran parte de la ruta nos acompañó una espesa niebla que no nos permitió disfrutar de las vistas desde el alto del Mustallar.
La anécdota de la ruta fue que tuvimos un compañero inesperado durante toda la Gayeterada. Un perro que incansablemente subió con nosotros al Mustallar y vino de vuelta a Burbia. Incluso nos “defendió” de otros perros que nos encontramos. Eso si, no tenía buen “rollito” con las vacas...
La ruta transcurrió sin problemas durante los primeros kilómetros. Era un tramo entre castaños centenarios, inicialmente, y robles después. En este primer tramo hicimos la clásica paradita para el “coffee” (gracias a nuestro Juan Valdés particular, Fer). Bueno, café, junto con “croissants”, patatas, frutos secos, pacharán... Y porque no procedía por la hora que sino Trippy ya he hubiera atacado al chorizo.
Unos cuantos kilómetros después ya empezamos la subida. En este momento íbamos en dos grupos. “Culines”, Jose, “Chemaita” y Fer en el grupo delantero y en el grupo trasero los enviados especiales de “Foto Paco”, “Trippy”, “Batutis” y “Pocholo”. Menos mal que estábamos nosotros para sacar fotos...
Después de un largo tramo de subida, llegamos a la Braña del Mustallar donde había unas cabañas que eran solamente piedras. Ahí empezaba la parte dura de la ruta. Los primeros metros aparte de duros fueron mojados. Subimos entre arbustos por los que el camino estaba totalmente tupido y estaban muy húmedos. ¡¡Cómo nos pusimos!!.
Tras un largo rato de dura subida llegamos a la Golada da Pedra. Desde ahí “solamente” nos quedaba un último esfuerzo para subir, entre una densa niebla, al Mustallar. Una vez arriba, con un frío de la leche, hicimos una paradita para comer y coger fuerzas para realizar el regreso hasta Burbia.
Salimos de Coruña pasadas las 7 de la mañana y empezamos la Gayeterada en Burbia un poco después de las 10. Finalmente tuvimos más o menos suerte con el tiempo. No llovió pero durante gran parte de la ruta nos acompañó una espesa niebla que no nos permitió disfrutar de las vistas desde el alto del Mustallar.
La anécdota de la ruta fue que tuvimos un compañero inesperado durante toda la Gayeterada. Un perro que incansablemente subió con nosotros al Mustallar y vino de vuelta a Burbia. Incluso nos “defendió” de otros perros que nos encontramos. Eso si, no tenía buen “rollito” con las vacas...
La ruta transcurrió sin problemas durante los primeros kilómetros. Era un tramo entre castaños centenarios, inicialmente, y robles después. En este primer tramo hicimos la clásica paradita para el “coffee” (gracias a nuestro Juan Valdés particular, Fer). Bueno, café, junto con “croissants”, patatas, frutos secos, pacharán... Y porque no procedía por la hora que sino Trippy ya he hubiera atacado al chorizo.
Unos cuantos kilómetros después ya empezamos la subida. En este momento íbamos en dos grupos. “Culines”, Jose, “Chemaita” y Fer en el grupo delantero y en el grupo trasero los enviados especiales de “Foto Paco”, “Trippy”, “Batutis” y “Pocholo”. Menos mal que estábamos nosotros para sacar fotos...
Después de un largo tramo de subida, llegamos a la Braña del Mustallar donde había unas cabañas que eran solamente piedras. Ahí empezaba la parte dura de la ruta. Los primeros metros aparte de duros fueron mojados. Subimos entre arbustos por los que el camino estaba totalmente tupido y estaban muy húmedos. ¡¡Cómo nos pusimos!!.
Tras un largo rato de dura subida llegamos a la Golada da Pedra. Desde ahí “solamente” nos quedaba un último esfuerzo para subir, entre una densa niebla, al Mustallar. Una vez arriba, con un frío de la leche, hicimos una paradita para comer y coger fuerzas para realizar el regreso hasta Burbia.